¿Buscas empleo?
El siguiente anuncio se publicó en el sitio craigslist.org: “Ofrezco 40,000 dólares al año por asistir a la Universidad Harvard en mi representación”. ¿Los requisitos? Haber tenido un promedio de 10 en la secundaria y de 9.5 en el bachillerato. Sólo podían postularse hombres, pues, como indicaba el anuncio, “mi nombre es de varón”. El afortunado sujeto que fuera seleccionado para este empleo temporal no tenía que hacer gran cosa, sólo “asistir a todas las clases, aprobar todos los exámenes y hacer todas las tareas asignadas fingiendo que soy yo”. Tampoco debía preocuparse por conseguir ingresar a esa universidad, una de las más prestigiosas del mundo. “Yo ya me encargué de eso,” concluía el autor del anuncio.
Todos sabemos que hacerse el tonto durante una entrevista de trabajo es una pésima idea. Muchos directores de recursos humanos, entre ellos los siguientes, desearían que las personas a quienes entrevistan lo tuvieran muy presente.
• Un aspirante imitó a uno de los personajes de Viaje a las estrellas.
• Un candidato se sacó la dentadura postiza mientras discutíamos las prestaciones dentales.
• Un solicitante me pidió que le diera un abrazo.
• Una postulante chocó su auto contra el edificio.
Tomado de la Encuesta 2014 sobre Errores en Entrevistas de Trabajo de careerbuilder.com
Un compañero de la agencia de autos donde trabajo hacía varias cosas a la vez cuando sonó el teléfono.
—Sección de repuestos. ¿Podría esperar en la línea? —preguntó.
Al parecer, al cliente le era imposible esperar, porque a continuación oí decir a mi compañero:
—Entonces, por favor, devuélvame la llamada cuando pueda esperar en la línea.
Judy Cervantes, Australia
Seis meses después de haber cumplido 70 años acudí a una entrevista de trabajo en la que me preguntaron mi edad. Como no tenía nada que ocultar, respondí:
—Voy a la mitad del camino hacia mi cumpleaños número 71.
El hombre que me entrevistaba me miró con recelo, y luego dijo:
—Sin ánimo de ofender, aparenta usted mucho más de 35 años, señor.
Michael E. Hunt, Australia
Al comenzar mi primer día de trabajo en una tienda de muebles para ensamblar, mi jefe me notificó que todos los empleados debíamos ir a la sala de juntas antes de empezar cada turno. Al preguntarle cuál era la razón, respondió: “Es que necesitamos armar el trabajo del día”.
Jim Mercer, Canadá
Hace poco un amigo mío que es pastor religioso como yo celebró un matrimonio usando un libro de oraciones de 1662. Cuando llegó a la parte que dice: “Los exhorto a que, de haber algún impedimento por el que no puedan unirse legalmente en sagrado matrimonio, hablen ahora o callen para siempre”, tuvo un lapsus lamentable, y lo que dijo con toda solemnidad fue: “…algún impedimento por el que no puedan fundirse legalmente en sagrado matrimonio…” Desde entonces, yo soy muy cuidadoso al llegar a esa parte de la lectura.
Dean Rowney, Reino Unido
