Cuando pienso en todas las decisiones importantes que he pospuesto, me dan ganas de gritar. Dar largas al asunto no siempre es prudencia: como dicen Frances Frei y Anne Morriss, autoras del libro Move Fast and Fix Things, muchas veces la postergación no es más que lentitud disfrazada.
Frei (profesora en Harvard Business School) y Morriss (asesora de liderazgo para empresas Fortune 500) han desarrollado un enfoque para decidir mejor y con más rapidez. Aquí te comparto su método en cinco pasos que puedes aplicar hoy mismo — y cómo lo probamos con Julie, mi amiga, que debate si debería adoptar un perro.
1. Identifica el verdadero problema
Muchas veces lo que creemos que es el asunto a resolver es solo la punta del iceberg. Pregúntate sin juzgar: ¿qué es lo que realmente me detiene? ¿Qué emociones están implicadas?
Julie pensaba que su dilema era el esfuerzo de cuidar un perro nuevo. Al indagar más profundo, descubrió que lo que en verdad valoraba era su libertad actual.
Ve “por capas” —idealmente tres— para llegar a la raíz.
2. Reúne información y diseña un plan “suficientemente bueno”
Una vez identificado el problema real, recoge datos útiles. Pregúntate:
Con Julie, evaluamos costos, beneficios y alternativas: ¿y si primero probara un perro temporal? ¿O cuidar perros de amigos por un tiempo corto?
3. Trae perspectivas exteriores
Un enfoque efectivo: invita “sospechosos inusuales” a la mesa. No sólo tus amigos cercanos, sino personas fuera de tu círculo habitual, de distintas generaciones o profesiones. Ellos pueden aportar soluciónes que tú no habías visto.
Julie le preguntó a una vecina que apenas conocía: su respuesta fue directa: “Hazlo ahora, porque no sabes cuánto tiempo te queda de vida”. Esa visión externa abrió nuevas posibilidades.
4. Crea una narrativa del cambio
Construye una historia de cambio con tres partes: pasado, presente y futuro.
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Explica por qué este cambio es necesario.
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Describe cómo será tu vida cuando lo hayas implementado.
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Usa un lenguaje optimista y específico para motivarte.
Para Julie: tener otro perro implicará responsabilidad, pero también llenar su hogar de compañía.
5. Da el salto (aunque no te sientas listo)
Finalmente, actúa con urgencia. No esperes sentir certeza absoluta. Frei dice que la confianza surge de la acción.
Tu primer paso no debe ser dramático. Simplemente rompe el ciclo de indecisión.
Julie decidió que en un año adoptará un perro y que comenzará la búsqueda en nueve meses. Ya empezó a pensar nombres como “Helen” o “Barbara”.
La indecisión nos roba tiempo y paz. Pero con este método de cómo tomar decisiones, puedes avanzar incluso cuando sientas dudas. Siempre habrá incertidumbre, lo importante es moverte hacia adelante.